jueves, 27 de septiembre de 2007

Los dilemas de la vida

  • Bañarme: 12 min
  • Afeitarme: 8 min (sí, creo que debería bajar un poco estos tiempos)
  • Ver la temperatura en TN o crónica: 2 min (nunca me acuerdo qué canal es Crónica)
  • Cambiarme (traje): 15 min* (encontrar medias de traje, no me resulta fácil)
  • Cambiarme (no traje): 10 min*
  • Estirar la cama: 0 min (vivo con mi mamá...)

  • Desayunar livianito: 5 min
  • Desayunar un poco más: 9 min
  • Mandar algunos mails: 5 min
  • Armar un bolso para ir al gimnasio: 8 min (revisar bien que no elijo 2 remeras, no olvidarse calzones, ojotas, desodorante... muchas cosas!!!)
  • Asegurarme de que tengo llaves, billetera, celular, anteojos, etc.: 1 min
  • Volver porque me olvidé las llaves: 2 min
  • Volver porque me olvidé la billetera: 4 min* (ya había salido, porque tenía las llaves...)
  • Viaje en subte hasta la oficina: 15 min
  • Esperar un subte en el que me pueda subir: 16 min
  • Caminar desde el subte hasta la oficina: 4 min*
  • Comprar algo en el kiosko antes de entrar: 6 min* (2 de caminata, 2 de elección, 2 de buscar cambio)

* valor que se duplica cuando llueve

(Si esperan un "Llegar temprano a la oficina, no tiene precio, para todo lo demás existe Mastercard", se equivocaron)

Hice las cuentas: en el peor de los casos, me puede llevar hasta 107 minutos tooodo lo que tengo que hacer cada mañana desde que me levanto hasta que llego a la oficina.

Entonces, qué hacemos? Nos levantamos 2 horas antes de entrar a la oficina???
(No se olviden que a todo esto encima le tengo que sumar hora y media de snooze...)

No, recorto: o no me baño, o me baño pero no me afeito, o no desayuno, o desayuno rápido, o me banco que me apoyen todo el viaje en subte con tal de subirme en uno más lleno, o evito pasar por el kiosko antes de entrar a la oficina.

Si salgo a la oficina sin bañarme, sin afeitarme, sin ver la temperatura, sin desayunar, haciendo un esfuerzo por no olvidarme nada (o si me lo olvido no lo vuelvo a buscar), no voy al gimnasio tardo solamente 30 minutos.

Claro, el único problemita es que mi día termina resultando una mierda, pero todo sea por no levantarme a las 7 de la mañana !!!

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miércoles, 26 de septiembre de 2007

Una especie en extinción

Desde el desembarco de la fotografía digital en nuestra rutina diaria, ya nada fue igual. Cambiamos rollos por memorias digitales, fundas por megapixels y cámaras descartables por pilas recargables.
Todos disfrutamos las maravillas de mirar la fotos calentitas, a las pocas horas de haberlas tomado, mandarlas por mail o ponerlas en "blogs", "photologs" y todo lo que termina con logs (como "Kellogs")

Pero nos olvidamos de una víctima silenciosa que esta evolución se cobró: las fotos de cumpleaños.

Claro, todos llevamos la cámara a las vacaciones y después elegimos algunas y las imprimimos pero quién imprime las fotos de cumpleaños?


Qué pasa? Ya no nos gustan más las fotos con gente soplando velitas en álbumes finitos y blanditos, de los que tan difíciles son de meter en los compartimentos transparentes.

Desde aquí, un llamado a la solidaridad: si alguien tiene una foto EN PAPEL, con alguien soplando números con velitas arriba, me avisa y me la manda. (De última le saca una foto digital y me la manda por mail... qué le vamos a hacer?)

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jueves, 20 de septiembre de 2007

Sabiduría oriental

Era un miércoles 19 de Septiembre de 2007 como cualquier otro.
Apenas pasaditas las 7 de la tarde, ese horario en donde empieza a picar un poco el bagre y el mundo se divide en 2 mitades exactamente iguales: los que prefieren atacar al dragón interior con un alfajor de chocolate de 3 capas y los que dada la cercanía de la cena, optan por lo salado.

Bajé del subte, subí las escaleras de la estación Medrano muy despacio y ahí estaba ella...

La miré y me dije "Claro... cómo no se me ocurrió antes?"

Pero si desde chico, veía a la gorda Rita a la vuelta de mi casa, en la gallitetería de 24 de Noviembre y San Juan agarrarse una entre lata y lata, para que el día ses más llevadero... Será ésta la famosa sabiduría oriental de la que tanto se habla?

A la salida de la estación, hay un quiosco chiquitito, que tiene ventanita para los 2 lados: para la avenida y para la escalera del Subte. Casi que uno podría salir, comprarse algo en el quiosco y volver a subirse al coche rojo de la línea B sin respirar ni una gota de aire fresco.

En ese quisquito, atiende una Sra. china (o japonesa o peruana, no solo no sé sino que tampoco es importante... tenía ojos rasgados).

No vi el acto completo, pero lo vi lo que necesitaba.

Lo justo y necesario para que la sonrisa me durara 3, 4 cuadras y hoy le dedique esta pequeña reflexión.

La Sra. se estaba llevando a la boca una papafrita, de esas de paquete, bien finita, pero grasosa como tiene que ser una papa frita de paquete.


Tony Blair engrasándose las manos

Cuando la papa ya estaba segura y ella pudo sacar la mano para agarrarse otra, vi que entre la mano y la papa, había algo más... algo raro, algo que conocía, pero que nunca había visto entre una mano y una papa frita de paquete.

No, Sres., no era un hilo de baba hediondo. Era una bolsa de nylon, de esas chiquititas que los que atienden en un almacén se ponen en la mano antes de meterla en una lata llena de galletitas de chocolate, para agarrar algunas y pasarlas a la bolsa con la que depués uno se va a su casa.

Y resulta que ella, la china, estaba usando una bolsa de estas para comer papas fritas del paquete sin engrasarse las manos. Una genia !!!

Cuántos paquetes de papas fritas habré dejado de comer en mi vida, porque me quedaban las manos todas engrasadas y no podía agarrar las monedas para el colectivo o estaba por ver a alguien y no daba para andar con las manos todas brillosas o chupándome los dedos.


Y pensar que todo se resolvía con una simple bolsa de nylon...


Desde aquí, me pequeño homenaje a la china del quisquito de la estación Medrano del Subte B. Si pasan por ahí, a eso de las 7 de la tarde y la ven llevándose una papa frita de bolsa a la boca, no dejen de saludarla de mi parte y decirle que es una fenómena.

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martes, 18 de septiembre de 2007

VENDO O PERMUTO VESICULA

La selección natural, es el término con el que Darwin se refirió al proceso mediante el cual las especies van progresando lentamente hasta desarrollar sus mejores atributos. Las jirafas tienen el cuello largo, producto de que un día nació una con el cuello un toque más largo que las demás y eso se fue pasando de generación en generación...

Entiendo que lo mismo va a pasar con los seres humanos, con lo cual dentro de una cantidad x de años (tal vez 200, tal vez 1000), los hombres van a tener algunas particularidades distintas a las que tenemos hoy en día.
En exclusiva, para los lectores de estos reflexiones, un adelanto del hombre del futuro:

  • Apéndice: chau. Nadie sabe para qué sirve, todos saben que se puede sacar y el mundo sigue adelante
  • Vesícula: chau. Algunos saben para qué sirve, pero se puede sacar y las cosas siguen igual.
  • Dedo meñique de mano izquierda: el de la derecha a veces da una mano con las teclas que queda medio lejos, pero el de la izquierda, no sirva para nada. Chau.
  • Cejas más finitas: nunca conocí a nadie que se quiera agregar cejas. Todo el mundo se las quiere depilar para tenerlas más finitas. Entonces, por qué no venir de fábrica con cejas finitas?
  • Más huesos con nombres graciosos, que se sumen a "homóplato", "clavícula", "tibia", "radio". No sabría decirles donde van a estar, pero seguro que van a venir.
  • Pies con menos dedos. Si igual se separan solo en 2: el gordo por un lado y todos los demás por otro (o acaso aluguien puede levantar solo el tercer dedo del pie sin levantar los otros...? quiero fotos). Solo se los puede individualizar a la hora de pasar corriendo al lado de un mueble y engancharse y hacerse mierda solamente el chiquito.
  • Pelo en el pecho: eso va a venir de fábrica para todos, hombres y niños. No hay nada más sexy que un hombre con pelos en el pecho, eso lo sabemos todos...

Y para los que estaban preocupados por las que acaso son nuestras mejores virtudes, aquello que nos diferencia del resto de los animales... a no preocupar: vamos a poder seguir tirándonos peditos y sacándonos los mocos con la misma facilidad que hasta ahora !

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lunes, 17 de septiembre de 2007

La otra tarde vi llover...

Vi gente correr
y no estabas tú...


Llegué a la triste conclusión de que la lluvia es una mierda.

Pero esto no lo siento así desde siempre.
Incluso cuando era más chico, no sé, 15 tiernos añitos ponele, disfrutaba como un loco la lluvia.
Es más, las lluvias de verano eran una aventura, de andar con pantaloncitos cortos y remera, mojarse más que en una pileta e incomodar a cuanto viejo se podía sentándose medio arriba de la cola del piloto, que quedó a medio desacomodar en el asiento de al lado del colectivo.
Será que en aquella época no tenía celular, que si se moja medio que hay que tirarlo a la basura.. O tenía una de esas billeteras de lona, que adentro tenían solo pavadas y pocos billetes (a decir verdad, muchas más monedas que billetes) así que si se empapaban uno no sufría tanto... La ropa era lo de menos. Qué pantalón cortito no se seca en apenas un rato?

Ahora resulta que caen 2 gotas y ya estoy puteando. Nunca que se larga, tengo un paraguas encima. Y si de casualidad hay un paraguas por ahí dando vueltas, seguro que piso una baldosa floja y me embarro la gamba hasta la rodilla. Tanto hacer malabarismo me meto las manos en el bolsillo para que no se moje el celuar, ni se arruine la billetera tan linda de cuero, tratando de no resbalarme porque si agarro envión no me para nadie (tengo las manos en los bolsillos, a no olvidarse) y seguro que la gran mochila impermeable que me costó un ojo de la cara (pero que valió la pena, porque es impermeable!!!) deja de serlo cuando llueve como si fuera la última vez.

Tengo un montón de chistes de lluvia
- Llueve como en España: de arriba para abajo
- No llueve más... ni menos, llueve igual que antes
- (lloviendo a más no poder) No sabés si va a llover hoy?
- 2 gotas más y llamo a Noé para que me venga a buscar en arca.

La cara de culo que puedo poner si alguien me llega a decir alguno de estos chistes cuando estoy empapado hasta las tarlipes, tiritando de frío, despeinado, con el celular a medio sonar, los pañuelos descartables arruinados, las 2 botamangas embarradas y mi mochila hecho un colador...

Cuando de chicos aprendimos el ciclo del agua, que se evapora, forma nubes, llueve, llena lagos, se evapora y empieza de nuevo, se equivocaron.

El verdadero ciclo de la lluvia es: de chico te retan, para que no te mojes ni te enfermes, de joven te mojás y te enfermás y re retan por eso y de viejo choto, cuando ya nadie te reta y podés hacer lo que quieras, lo que querés es que no llueva.

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jueves, 13 de septiembre de 2007

Me parece que la estamos complicando.

Hoy lo verifiqué. Le pregunté a un Sr. de unos 50 años y me confirmó que hace un tiempo (un decir, 20 años) no existían los "frutos rojos".

A mi humilde entender, sí existían la frambuesa, la mora y esas 2 ó 3 frutitas de mierda que se conocen ahora genéricamente y todos en una gran bolsa de gatos agrupados por su color.

Después están los "frutos del bosque". Son los mismos los frutos rojos que los frutos del bosque? Un fruto que crece de manera silvestre en un bosque, pero es de color rojo, en qué categoría entra? En las 2? No puede ser... es una paparruchada.

Y las cosas "capreses". Ensalada caprese, pizza caprese, empanada caprese, tarta caprese, sandwiche caprese.
Ahora resulta que todo lo que tenga algo de albahaca, queso preferentemente muzzarela y tomates cherry o perita (parece que el tomate redondo no es tan glamouroso como los otros 2) ya se hace llamar Caprese.

Yo me pregunto: hace 10 años, cuando alguien quería juntar 2 panes y en el medio meterle algo verde, un poco de queso y algo fresco como un tomate; se preocupaba por dar con los estándares de lo Caprese o lo no caprese o se lo mandaba al pecho directo sin consultar una enciclopedia?

Y un supermercado que venda albahaca, muzzarela y tomates... es acaso un supermercado caprese? Esto es muy confuso.

Lo que también me rompe un poquitito las pelotas, es la cuestión de las heladerias. Hay algunas heladerías que están siempre llenas de gente, pero no están llenas de gente porque el helado sea riquísimo ni porque la gente se agolpe en la puerta queriendo degustar sus riquísimos cucuruchos: lo que pasa es que cuando la gente ya sacó el ticket para acercarse al heladero, se ve envuelta en un problemón del que no puede salir ...

Qué gusto de helado elijo, si no entiendo ninguno!?

Antes los gustos eran simples y directos. Nada de eufemismos.
Existían el dulce de leche, el dulce de leche con dulce de leche natural y el dulce de leche granizado.
Ahora serían: dulce de leche de nuestro campo (ex dulce de leche normal) y dulce de leche tentación (ex dulce de leche con dulce de leche natural)

Esto invariablemente nos obliga a preguntarle al heladero, que ya tiene en su mano que está empezando a transpirar nuestro futuro vasito de barquillo, por el significado y contenido de cada uno de los gustos. O acaso yo tengo que saber a qué se refieren con "Crema mediterránea" o "Delicias patagónicas".

Esto, invariablemente, resulta en que al segundo gusto que le pedís el tipo pone cara de culo y te hace sentir que estás completamente fuera del sistema
Mirá querido, si fueras tan amable de poner "frtuilla a la crema" y "tramontana" en vez de esos nombres en pseudo italiano, las cosas serían más fáciles.
Al final siempre termino eligiendo menta granizada y banana split, y vos llamalos como quieras. Hacé vos la traducción.

Hago un llamado a la solidaridad y pido encarecidamente que la cortemos un poco con este afrencesamiento innecesario de los nombres de las comidas.

Yo te digo, va a llegar el día que nos sentemos a comer en un restaurant, en la carta aparezca un plato que diga "delicados escalopines de ternera envueltos en huevos de color y pan de campo rallado a mano, cubiertos de queso de vaca y jamón de pata de cerdo; acompañados de finos bastones de tubérculos cocidos en abundante aceite de girasol de la pampa", que al fin y al cabo no es nada más que una querida y conocida Napo de tenera con fritas y nosotros no nos vamos a dar cuenta.

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miércoles, 12 de septiembre de 2007

Es año nuevo o no?

No, no va a cambiar el año que figure en las entradas del cine que compremos ni en los cheques que se firmen.
La fecha de vencimiento del yogur que se compre en los próximos días va a tener el mismo destino que hasta hoy y seguramente no veamos gente tirando cohetes ni canales de televisión haciendo la cuenta regresiva a las 12 de la noche.

Sin embargo, algo pasa hoy a la noche. Empieza un año nuevo.


Es más difícil percibir el cambio, porque a diferencia del 31 de Diciembre, esta vez el "click" es interno, personal, íntimo.

Cada uno siente a su manera el comienzo de un año y el final del anterior. Algunos solo se acuerdan porque no van a laburar el jueves, otros vuelven a probar el guefilte fish después de mucho tiempo y no faltará quien note en algún momento de la noche que está toda la familia reunida pero no es el cumpleaños de nadie.

Sea cual sea la manera que Ud., amigo lector, tenga de "sentir" que empieza un nuevo año, le deseo de todo corazón que lo comience y lo recorra de la mejor manera: reunido y rodeado de seres queridos y amigos, encaminándose a que se le cumplan todos los deseos que anhele con las copas en alto y que sea una excusa para volver a ajustar el timón, ponernos un objetivo delante y construir día a día lo que haga falta para alcanzar ese horizonte.




ROSH HA SHANÁ


Beso con abrazo para todos y a no comer como cerdos que después hay que salir corriendo a buscar una Buscapina y nunca hay una a mano (consejo de ex-gordito)


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Un rebelde sin causa?

Ni en pedo. No soy un rebelde. No fumo, no tomo alcohol, trabajo con saco y corbata y no tengo ni una sola rasta. Pero algo tengo que hacer, para tratar de convertir este mundo en algo un poco más caótico.
Mi pequeñísimo aporte consiste en lo siguiente:

  • Los viernes no me afeito (el resto de los días de la semana sí, pero desde el viernes hasta el lunes, no).
  • Tengo un blog.
  • Solo miro los realitys shows que nadie mira.
  • Le saco las frutas secas al pan dulce.
  • Dejo menos propina en los lugares caros que en los más baratos.
  • Uso jean negro con zapatillas blancas.
  • Como manzana con cáscara.
  • Me tomo el jugo de la ensalada de frutas directamente de la compotera esté donde esté (nada de andar jugueteando con la cucharita).

Es triste... pero es lo que hay.

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lunes, 10 de septiembre de 2007

La culpa es toda nuestra

No sé si el problema es que soy judío o que, pero me considero un ser humano con tendencia culpógena. Esto no es algo que se pueda tratar, pero tampoco es tan grave que acaso me vaya a quitar la vida arrojándome a las vías de un subte.

Los distintos tipos de síntomas del culposo, pueden catalogarse de diversas maneras, dependiendo del ámbito donde se corporice esa culpa.

Si cuando se olvida del cumpleaños de un amigo/ser querido y al llamarlo al otro día Ud. comienza la comunicación con un "me quiero matar, te pido mil disculpas pero..." entonces pertenece a la categoría Culposo-suicida.

Si cuando está comiendo en un restaurant y alguien pasa pidiendo comida o alguna moneda Ud. piensa "que injusta la vida, yo comiendo lomo al champignon con papas a la crema y de postre ya le puse el ojo a ese volcán de chocolate... mientras otros no tienen nada", la categoría para encuadrarlo sería la de Culposo-glotón.

La categoría conocida como Culposo-social, incluye a aquellos que cuando se organiza un plan para ir a algún lado con amigos, mete tímidamente una propuesta que sabe que a alguno no le gusta o alguno no puede y al lograr su objetivo remata con un "pobre... que lástima que no pudo venir". NOTA: Esta categoría también se conoce como Culposo-sorete.

La culpa por excelencia, es la del Culposo-lúdico: esta categoría corresponde a quienes dudan mil veces antes de consultar las respuestas a un crucigrama o a un autodefinido en la última hoja de una revista de juegos... pero al final sucumben ante la tentación pero se angustian por no poder resolverlos solitos... es que no es fácil. Te preguntan cada cosa!


Y Ud., qué culpa quiere tener hoy?

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jueves, 6 de septiembre de 2007

No hace falta, eh...

Yo vivo en un edificio que tiene ascensor. Eso es bueno, porque tiene 14 pisos y sin ascensor sería un poco complicada la vida. No imposible, pero sí complicada.
Vivo acá hace mucho tiempo (toda una vida para ser exactos) pero nunca me hice amigo de nadie. Entonces, por qué la gente me saluda y me habla cuando viajamos en ascensor?

Los taxistas son tipos que te hablan aunque vos no quieras, porque como es SU auto, ellos son los que deciden si se habla o no se habla. También eligen de qué se habla y entre las opciónes siempre los temas son los mismos: fútbol, política, clima, tráfico, autos y/o filosofía (frases del estilo "la vida es así, pibe").
Entiendo a los taxistas, porque de última son tipos que se pasan el día medio solos, cuando alguien cae a su taxi sienten que uno los está visitando en su lugar de laburo entonces alguno podría considerarnos casi-casi sus amigos... Que te hable un taxista zafa....

Pero que te hable una vieja en el ascensor, sea la hora que sea, sin importar si el ascensor sube o baja e ignorando la urgencia que uno puede tener para bajarse de ese aparato; eso sí que no.




Tampoco es que sea SU ascensor, Señora.

Por qué no le habla a la cajera del supermercado o al portero? La cajera no puede ir a ningún lado, es la víctima perfecta.

Yo solo tuve la desgracia de caer en el mismo ascensor que Usted.... no es mi culpa!

Si pudiera subir por escalera lo haría, le juro.... no quiero que me pregunte cómo anda mi mamá, que me diga que estoy grandecito, que me conocía desde que era así chiquitito ni que se queje de la humedad.

Señora, si Ud. lee esta pequeña confesión, sepa lo siguiente: a la mañana, cuando me encuentra en el ascensor y éste está bajando, seguro que tengo mal aliento y más que seguro estoy llegando tarde a algún lado. Ergo, no quiero que me de charla ni que me haga tenerle la puerta abierta hasta que termine su última frase

Por otro lado, cuando nos crucemos a la nochecita subiendo en ascensor y me vea cara de cansado, no solo tengo ganas de quedarme en calzones en mi casa sino que seguramente estoy a punto de rajarme algún que otro gasesito: si me entretiene, soy capaz de hacer las 2 cosas ahí, en la puerta del ascensor.

No hace falta, Sra. Podemos convivir 3 pisos de ascensor sin dirigirnos la palabra. Y no se preocupe que nadie se va a sentir ofendido.

Es más, voy a estar agradecido... y quién le dice, a lo mejor algún día yo le saco charla a Ud.

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miércoles, 5 de septiembre de 2007

Todos somos: Médicos

No solamente todos somos médicos, sino que a diferencia de aquellos que malgastaron gran parte de su vida yendo a las mal llamadas Universidades especializadas, los que somos Médicos natos, tenemos todas las especialidades.

Somos dermatólogos: "eso es acné, estás comiendo bien?"
Somos gastroenterólogos: "tenés acidéz?, tenés que comer menos verduras crudas y tomá un poquito de leche"
Somos flebólogos: "eso es por estar todo el día sentado"
Somos traumatólogos: "eso te hace mal a la espalda... te recomiendo unos ejercicios buenísimos"
Somos nutricionistas: "la papa engorda, tiene mucho almidón"
Somos oncólogos: "puede ser un tumor pero benigno"
Somos psiquiatras: "eso pueden ser ataques de pánico, eh"

Como se comentó en alguna otra oportunidad en este mismísimo blog (ver todos somos...) parecería ser que los argentinos tenemos un problemita y nos creemos que las cosas son mágicas y cualquiera puede ser astronauta, meteorólogo, médico, analista de sistemas o hasta presidente.

En el caso de la medicina, todos reducimos la relación entre síntomas y tratamiento a la clásica lógica que siempre soluciona nuestros problemas: Si P, entonces Q.

P: Le duele abajo a la derecha de la panza
Q: Apendicites

P: Le duelen las tetas y siente retorcijones
Q: A punto de indisponerse

P: Dolor de espalda baja y/o contractura lumbar
Q: Hernia de disco


Es increíble, pero les propongo el siguiente método de comprobación infalible, que solo consta de 2 pasos:
1. Juntarse con mucha gente o elegir la oportunidad de tener a la vista al menos a 10 persoans
2. Elijan una dolencia cualquiera. Puede ser dolor de frente, tirón en la pierna, dolor de panza muy agudo, la que quieran

Listo. En pocos minutos, acudirán a Uds. todas las soluciones que la medicina moderna tiene para ofrecernos, en forma de tías, amigos, conocidos o incluso transeúntes anónimos que opinarán si hay que tomar una aspirina, recostarse un poco, levantar las piernas, tomar azúcar o si conviene sentarse y hacer fuerza con la cabeza para arriba mientras alguien hace fuerza para abajo (esto último es realmente increíble. Nunca en mi vida vi un médico que hiciera esto...)


Yo entiendo que todos querrámos ayudar, pero pará un poquito. Si me ves por la calle y me caigo el piso agarrándome el corazón y al grito de "me duele mucho, me muero, me muero", no me mires con cara de intelectual y me digas "mmm... puede ser un infarto, eh".

Llamá a una ambulancia, la puta que te parió !!!!



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domingo, 2 de septiembre de 2007

Estoy en tus manos, joven manos de tijera

En mi vida, he visitado distintos tipos de peluquerías que podría encasillar en 2 simples categorías:
a) Peluquerías de Barrio
b) Peluquerías "con onda"

Cada una de las categorías tiene sus particularidades, pero las 2 comparten un detalle: son un lugar al que no me gusta ir. Me siento incómodo como casi no me siento en ningún otro lado.

Nervios, miedo, transpiración, paranoia, arrepentimiento... entrar (y salir) de una peluquería, no es nada fácil pero por sobre todas las cosas no es una experiencia agradable. Lo estiro lo máximo posible: cuando a la mañana me baño y tengo el pelo mojadito digo "esto zafa, no hace falta cortarse" pero a las 2 horas es un nido de caranchos y digo "hay que cortarse ya".
Pero como al otro día empieza de nuevo... hasta que llega EL DIA. Ese día en el que a la mañana ya no opino que sea salvable la situación... entonces inmediatamente (10 días después, masomenos) me estoy cortando el pelo.
La transición de pasar de peluquerías "A" a peluquerías "B", se dió en mi caso con el tiempo pero fue un hecho casi irremediable: La globalización hizo que empezaran a aperecer más peluquerías "B" y de a poco fueron desapareciendo las peluquerías "A".
Sin embargo, lo disfruté. Sufría muchísimo el día en el que tenía que entrar a una peluquería de barrio y con la aparición de las peluquerías "con onda" pensé que todo iba a ser mejor. No. Otro fracaso del malentendido progreso.

Ya desde chico, lidiaba con algunos problemas capilares: el pelo no me crece para abajo, me crece para afuera. Entonces, a medida que pasaban los días tenía más pelo alrededor de la cabeza, pero no me llegaba cada vez hasta más abajo... raro, no?.
Además, de chico tuve mucho piojo. (Sí, mi infancia fue muy jodida, Nopucid, vinagre, curanderas... duro, eh).
Principalmente estos 2 hechos concluían en que las visitas a la peluquería (clase "A") eran cada vez más frecuentes, y el resultado era siempre el mismo: salía rapadito, rapadito. Era obvio que no iba a la colimba, el sucio tenía piojos.

Cuando pasó un poco el tiempo, dejé de tener piojos como si fuera un cartonero roñoso y pasé a poder elegir entre otros estilos capilares. Igual, al pedo: siempre me termiba cortando igual, rapadito.

Por eso era un karma para mí la peluquería... nunca salía con lo que yo quería.
Recuerdo la única vez, en la que entré a la peluquería y ví sentado a la víctima anterior de ese carnicero y dije "Así! me quiero cortar así!!!".
"No podés, nene... vos no tenés el pelo crespo..." (Es el día de hoy que sé lo que es el pelo crespo)
"Lo de siempre entonces..." le contesté con cara de puchero.

En definitiva todos los meses era lo mismo: el pelo se ponía rebelde, íbamos a la peluquería de barrio más barata posible y el boludo salía con el pelo cortito, como si fuera un testículo con incipiente pelusa.


Hasta que aparecieron las peluquerías de clase "B".
"Ahhh... ahora la cosa tiene que cambiar", me dije. Esta tenía que ser mi oportunidad.

Ya no existe más el viejo peluquero que atiende con mangas de camisa arremangada y pantalón de vestir. Ahora tienen uniformes que son como de enfermeros pero color negro con fucsia...
Las luces ténues de antaño pasaron a ser tubos fluorescentes... parece que la suerte está de mi lado y ahora nunca más voy a volver a sufrir.

No. No fue así.

Las peluquerías modernas son casi como un maxikiosco de esos que tienen locutorio, fotocopias, panchos, juguetes de peluche, anteojos, chicles y sandwiches de miga.
Ya no son más para cortarse el pelo solamente... también uno se puede hacer color, las manos, los pies, cavado, 1/2 pierna y otro montón de pelotudeces que ni siquiera sé que son, pero que día a día inundan las vidrieras y confunden el intercambio inicial entre recepcionista y cliente (he aquí otra novedad: en las peluquerías "B" HAY RECEPCIONISTAS!!!)

Entonces la primer pregunta obligada es "te vas a cortar?".
Claro que sí... o acaso venden pollos al spiedo en este lugar, carajo?

Y después arranca el martirio: ya no es uno solo el victimario, a la manera de los restaurantes americanos que en vez de un mozo hay mozoS "especializados": uno que trae la bebida, otro que retira las cartas, otro que trae el pan, ninguno que trae el hielo y todos que reclaman la propina; ahora hay uno que te lava el pelo, otro que te pone la bata alrededor del cuello y recién hay otro que te va a cortar y otro que barre... por eso cuestan 40 pesos en vez de 10: hay 10 tipos más que antes.

Hasta que llega el momento de sentarse frente al peluquero y empiezan los conocidos nuevos-viejos problemas

"Cómo te vas a cortar?", pregunta él

Cómo, que "cómo me voy a cortar"???? Primero que nada, no me voy a cortar solo.. me vas cortar vos. Segundo, no sé como explicártelo... sé que quiero un poco más cortito de acá atrás, un poco más largo el flequillo y la oreja descubierta y la patilla no muy gruesa.

Entonces, empieza un momento dificilísimo, donde el tipo empieza a cortar COMO SE LE CANTA y haga lo que haga yo no voy a estar contento ni satisfecho y voy a sentir que tiré 40 pesos a la basura. Me pone el espejo en la nuca, le digo todo que sí y chau... si ya estoy perdido. O me lo vas a dejar más largo ahora ???

Pero claro, no me voy a dar cuenta ahí en la peluquería: si me diera cuenta en el momento lo solucionamos, de última me rapo. Pero noooo.... Cuando salgo de la peluquería me siento el tipo más ganador de todos... el problema es a la otra cuadra, al cruzar el primer espejo o ni bien me baño y trato de repetir eso de mover un poco los dedos para arriba, untarse gel en la yema de los dedos como si fuera no sé qué y hacer magia en un corte de pelo que es una mierda, pero que los tipos te lo hacen quedar 10 puntos pero solo por un ratito...

No sé qué voy a hacer, no sé cómo se soluciona esto, no sé cómo se lucha contra este flagelo y mientras tanto seguiré siendo una más de las víctimas casi silenciosas.

Lo único que aprendí, es no cortarse el pelo al mediodía, en una escapada de la oficina: volver de almorzar con el pelo corto, es una vergonzosa situación casi irremontable.

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