domingo, 7 de septiembre de 2008

Instinto de cazador

Que deleite, ver al mozo acercarse y desde lejos adivinar que se equivocó con algo de lo que pedimos o que se olvidó de lo último que elegimos.

...

Y justo ahí, cuando nos empezamos a frotar las manos y los colmillos empiezan a babear, se clava en su camino, mira hacia la bandeja sabiendo que algo no está bien y vuelve sobre sus pasos hacia la cocina.

Ahora, cuando vuelve a salir, la gaseosa sí es light como debería, el queso de rallar al lado de las pastas está donde antes había un hueco y cambió mágicamente las papas fritas por puré de papas.


Será la próxima, maldito afortunado.
Tal vez haya que disimular un poco el apetito de sangre de mozo y la respiración agitada...

1 comentario:

Pablo dijo...

jajaja. Venite a vivir a Chile y alimentarías esa sed cada vez que vas a comer afuera.
Hay veces que los tipos te preguntan tres veces que tipo de Coca Cola querés e igual te traen la equivocada.