jueves, 27 de mayo de 2010

Si te he visto, no me acuerdo

Hay diversos motivos para no saludar a un conocido que está esperando el mismo subte que nosotros. Puede ser porque uno sea un sorete o porque el otro lo sea, porque son las 8 de la mañana y el aliento propio no es recomendable o porque no se puede confiar en el aliento del otro, porque se sabe que es aburrido o porque transpira con olor a trapo húmedo (cualquiera de los dos).

O simplemente puede ser porque saludarlo implica dejar de escuchar música, no poder avanzar con el libro de turno y/o no poder dormir en todo el viaje. Pero andá a explicárselo...

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jueves, 20 de mayo de 2010

El Gato con Botas

La bota es una prenda que calienta.
Eso es un hecho indiscutible y no creo que haga falta hacer análisis más profundos al respecto ni comparar la calentura que generan vs. otras prendas femeninas como la musculosa o los pantalones blancos. Poco importa si es de caña alta, de caña baja, de caña media, color rojo, negro, suela, gris. Alcanza con que no sea de lluvia (y te diría que hay algunas de lluvia que también) para que cualquier hombre se imagine a quien va arriba de las mismas vestida solo con tanga y esas botas.


Pero lo que rápido llega, rápido se va: ay, ay, ay... cuando uno ve una mina con botas (que si se usan con jeans adentro calientan más todavía) pero ésta empieza a caminar y lo hace de forma tal que parece que se va a desarmar, automáticamente la líbido que había subido a límites impensados se transforma en repulsión y arcadas. Lo mismo me pasa cuando la mina en cuestión se sienta y la punta de los pies apuntan las 2 para adentro, como si fuera chueca.

Si vos sos así, si caminás como una marioneta de madera o si sos más chueca que Diego Torres, no compres botas: no gastes guita al pedo.



No sé para que se inventó el televisor a colores con lo bien que se vive la vida en blanco y negro


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miércoles, 19 de mayo de 2010

A mano alzada

A veces uno se ve obligado a escribir a mano, pero yo tengo mis buenos motivos para odiarlo.
Entre otros, me cuesta unir la "a" con la "b" cuando escribo en cursiva. Es que no tengo del todo claro donde está el enganche de la "b" y la hago más bien como una "b" en imprenta minúscula.
Cuando escribo "ri" me sale como una "n", entonces le agrego un puntito para que se note.
La "m" y la "n" me salen siempre con menos montañitas de lo que deberían. En "inmediato" no pasa nada, pero en "mi" o "ni", confunde groso.

Si escribo en imprenta entiendo mejor la letra pero como me aburre, al poco tiempo empiezo con la inteligible cursiva y cuanto más escribo, más confusa es la letra y más aparecen las rayitas con puntitos o acentos arriba donde debería haber una palabra.

Como no tengo backspace, a veces tacho palabras y las escribo de nuevo arriba porque sé que no las voy a entender más tarde. No deberían pasar más de 12 horas entre lo escrito a mano y su lectura (como la lista del supermercado) porque la letra tiende a ir desdibujándose. A la semana de estar escrito, ya parecen linitas...

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lunes, 17 de mayo de 2010

El mundo de los cubiertos descartables

¿Qué hacer cuando se rompe un cubierto descartable?

Imagínese el siguiente caso 100% hipotético: Ud. comienza un trabajo y durante la primera semana, mientras mide a sus compañeros, sale a comer a los barsuchos del barrio hasta que tome el coraje necesario para comer en la oficina. Llega el lunes de la segunda semana y conforme a su plan, comienza a comer en la oficina con el sólido objetivo de ahorrarse unos buenos mangos mensuales, aunque esto implique hacerlo con cubiertos de plástico. Ese día, el primer día de la ingesta de escritorio, el tenedor es justo ese único tenedor de cada lote de mil que es un poco defectuoso y se parte al medio durante el almuerzo. ¿Qué se debe hacer?


1) Primero, lo primero: no se desespere. Llorar desconsolodamente o pegarle topetazos al monitor o gritar "LA CONCHA DE LA LORA, TENEDOR DEL ORTO" no es recomendable. Recuerde que hace poco ingresó y es necesario mantener escondido su verdadero yo.

2) Relojee alrededor cuánta gente lo está mirando. Si son muchos, se verá obligado a dejar de comer en ese instante aunque aún quede en esa bandeja de plástico, el 90% de lo comprado. A la basura, directamente. Se hace el canchero, se lava las manos y se toma un cafecito como si acá no hubiera pasado nada.

3) Si nadie lo mira Ud. puede seguir, pero es necesario que nadie note lo que pasó. Para tal fin, agarre lo que quedó del tenedor con los dedos y haga salir por la parte de atrás de la mano, el pedazo de mango que logre rescatar. Quien lo observe creerá que dentro de su mano se existiende el plástico utensillo, solo Ud. sabe que las puntas existen pero el centro es una nebolusa.

4) Termine de comer, tire todo como si acá no hubiera pasado nada y vaya rápido a lavarse las manos: no se olvide que hace 15 minutos que está comiendo prácticamente con las manos.

5) Si producto de la situación y de la presión excesiva sobre el cuchillo, este último se parte, sugiero que se vaya al microondas y caliente a temperatura máxima la comida durante 45 minutos. Obtendrá como único resultado una sopa de milanesa con papas fritas, probablemente cancerígena. Viértala con cuidado en un vaso y disfrute su comida, ahora en formato bebestible.

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Delicias y dilemas de la burocracia

Llevo atada a mi cinturón con un piolín retráctil una bella tarjeta magnética. Seguramente eso está destruyendo mi capacidad de procreación a ritmo más lento pero más constante que el celular que llevo en el bolsillo, pero no me detengo a pensarlo. Es que no tengo tiempo.

Luego de atravesar la puerta giratoria (podría entrar por la puerta no giratoria, pero prefiero no lidiar con el "TIRE" y "EMPUJE"), sostengo la tarjetita por su extremo inferior, la estiro hasta llegar al sensor sobre la base del molinete, espero a que éste me de luz verde y cuento rápido hasta 4 para adentro antes de cruzar: es para evitar encontrarme con un molinete que debería estar abierto pero aún se mantiene firme en su tesitura de no dejarme pasar a riesgo de que sea un intruso. En mi imaginación, el molinete y el sensor discuten si dejarme pasar o no y más de una vez en el apurón me mandé durante esta discusión y me encontré con una dura barra de metal atravesada a la altura de los genitales. Calculé que si el envión era un poco más rápido podría haber volado por los aires como un motociclista en una competición de motocross. También supe de un Sr. que rompió su teléfono celular al dárselo de lleno contra este tipo de molinetes necios. Eso me terminó por convencer de que hay que darles tiempo. Tantear con la mano nunca está de más (en estas circunstancias, claro).

Sin embargo en este esquema primitivo de seguridad, los molinetes no son los seres más tercos de la comarca.
No, Señor.
Mientras siga habiendo "Agentes de Seguridad" y "Responsables de Seguridad Informática" dentro de la estructura de esta gran organización, los molinetes solo serán títeres de estos monstruos obscenos y abusivos.

Desde el lunes pasado descansa en algún escritorio la solicitud para que mi tarjetita también sirva para ingresar al cuarto piso, lugar donde estoy obligado a desarrollar mi actividad laboral diariamente. Esta puerta a veces está cerrada, a veces está abierta, cuando está cerrada a veces hay alguien que está cerca y la puede abrir de adentro, a veces no está ni la secretaria del piso para pedirle que me abra. Esta puerta no solo debe atravesarse un par de veces por día (para entrar, para salir, para ir a comer y para volver) sino que también separa la oficina de los baños, motivo por el cual es necesario pasar por debajo de ese umbral unas 40 veces por día (tengo que ir a un urólogo, lo sé).

Todos los días pruebo esperanzado a ver si la puta tarjetita abre la puta puerta del cuarto piso. Todos los días me llevo la decepción (GRANDE) de que la puerta no abre y apoyo la ñata contra el vidrio hasta que algún compañero me vea. Además soy nuevo aún, no puedo andar gritando o golpeando la puerta de vidrio porque quedaría el descubierto mi verdadera personalidad virulenta y agresiva.

Se me ocurrió entonces una idea magnífica: solicitar una tarjeta de VISITA para poder ingresar al cuarto piso. Sí, porque aunque parezca mentira, las VISITAS sí pueden abrir la puerta que yo (una "NO-VISITA") no puedo.
Grande fue mi desconsuelo cuando el Agente de Seguridad me indicó que está completamente prohíbido extenderme una tarjeta de VISITA, siendo yo una NO-VISITA. Si hubiera tenido la potestad para hacerlo, sin dudas me habría puesto las esposas y llevado encapuchado con una campera Adidas hasta la Sucursal más cercana. Ahora recapitulo sobre si le dí o no mi nombre completo o si sabrá cómo averiguarlo...

Entonces aquí estoy, pudiendo acceder al edificio, pudiendo hacer pipí, pudiendo irme a comer, volver de comer y hasta me puedo ir a lavar los dientes luego. Lo único que no puedo hacer es trabajar, porque si entro a la puerta maldita tal vez nunca pueda salir.

Tengo la firme intención de trabajar, pero no me lo están permitiendo. En este país no se puede.

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miércoles, 12 de mayo de 2010

Sin tetas no hay paraíso





Dentro del universo de minitas que no tienen tetas, hay 2 grupos bien definidos. Por un lado están las que, al igual que los miopes que esperan cumplir 25 para operarse con láser, no ven la hora de tener 18 para pedirse 2 pechos para festejar la mayoría de edad. Del otro lado del ring están las que lo quieren hacer pasar como parte de su "look".

A las primeras, a las que buscan un mundo mejor lleno de mujeres con bonitos peccios, les doy todo mi apoyo, les deseo de corazón toda la simetría que puedan encontrar en el mejor cirujano que su dinero pueda conseguirles y les dejo mi teléfono para el service de los 10.000 km: 08000-888-PREFIEROPECHUGA o me pueden contactar vía web en www.venga-un-abrazo-pechugona.com.it

A las otras... ay, chiquita... ¿qué decirles a esas minas que se ponen remeras hechas por y para minas sin tetas que dicen "los ángeles no tienen espalda" o que no se maquillan o usan jeans chupines con borcegos y refuerzan apariencia de que son como un nene?.
Como si acaso ellas hubiesen elegido no tener tetas y prefieren que la gente les diga "flaco, decime la hora" por la calle.
No, mami. Todos sabemos que odiás a tus viejos por haber heredado las tetas de tu viejo y la inteligencia de tu vieja y que todos tus cumpleaños soplaste las velitas pidiendo que a tu hermana, la tetona, le agarre un bicho de transmisión sexual y salir a repartir volantes por el barrio.
¿Querés un consejo? Hacé ejercicio para reforzar los glúteos (un lindo culito nos puede hacer olvidar las cosas más terribles) o mandate a hacer una remera que diga "no tendré tetas pero soy gauchita".

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lunes, 10 de mayo de 2010

"Hoy es un día peronista"

Según mi abuelo, un famoso relator de fútbol por radio allá por los años 40, se identificab por la frase "Hoy es un día peronista" cuando el partido se disputaba debajo de un sol radiante (NdeR: en la misma época se prohibía la publicidad radial del Jabón Federal, porque el slogan era "Evita la fregada")

Hoy, para mí, es un día peronista.

Después de casi un año de nubarrones profesionales y laborales, empiezo un nuevo trabajo. Vuelve la rutina de despertarse tempranito, de afeitarse todos los días, de pensar en lo que quedó pendiente de ayer para terminarse hoy, de ser amable y gentil con lo compañeritos aprovechando que ninguno hizo correr la bola de que uno es un sorete hijo de mil putas, pispear si las compañeritas están buenas para acallar las preguntas de lo'pibe' y desplegar todo lo que uno sabe y para lo que tanto estudió al servicio de una gran empresa.


Vamos a ver cuánto me dura...

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jueves, 6 de mayo de 2010

Formas de corrupción

Me interesa que queden claritas las siguientes cosas:

"Lo hace todo el mundo...", no te hace menos corrupto.
"Avivada" es el término que el corrupto le da a las acciones corruptas más pequeñas o ingeniosas.

2 de los trámites que todos padecemos en algún momento de nuestra vida (sacar el registro y renovar el pasaporte) permiten categorizar los actos de corrupción en niveles, pero todos lo son:

Pasaporte:
Nivel 1: Si vas a sacar el pasaporte y conseguís que alguien te saque un turno para no hacer la cola, pero pagás el mismo precio que todos y esperás 45 días para que te lo manden.
Nivel 2: Si sacás el pasaporte pagando $400 más, te evitás la cola y te lo mandan a tu casa en una semanita
Nivel 3: Sacás el pasaporte sin moverte de tu casa

Lo único no corrupto es clavarse 8 horas de cola, pagar lo que dice el cartel y esperar 2 meses para poder estrenarlo.


Registro:
Nivel 1: Vas con el auto de la agencia porque sabés que quien sea que maneje ese vehículo, se vuelve a casa con el registro
Nivel 2: Va con su propio auto o auto de agencia pero entre los papeles que debe presentar intercala un billete de color violeta.
Nivel 3: Se encuentra en un bar con un atorrante que usa lentes negros en cualquier momento del año, te pide que le pases el sobre con los papeles y la guita por abajo de la mesa.

Lo único no corrupto es aprender a manejar con un Falcon '82, ir a rendir el teórico habiendo leído todo el manualcito con señales, saber estacionar en 2 maniobras y mostrar el cartel con la "P" por 6 meses.


Y no me hagan hablar de multas, trámites aduaneros, facturas con IVA fraudulento y otras cosas que me pongo loco, eh!




No sé para que se inventó el televisor a colores con lo bien que se vive la vida en blanco y negro


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martes, 4 de mayo de 2010

La vuelta al tenis en 80 días

Espero que las zapatillas estén ahí donde las dejé la última vez, con un poco de polvo de ladrillo en la suela, trepando por los costados y tiñiendo los cordones como los sellos en un pasaporte.

Las remeras y los shorcitos están ahí en el placard, mirándome con pena cada vez que agarro un jean o una corbata, inquietas por saber si los voy a volver a elegir.

Espero que la raqueta, que todavía descansa en su cómodo y pintoresco raquetero, no se haya entumecido en estos meses de inactividad.

Las muñequeras comparten
el cajón con las medias desde hace largo tiempo y se consuelan mutuamente sabiendo que algún día volverán a brillar.

A pesar de los vaivenes meterológicos y las estaciones que ya se han sucedido, el agua sigue fría en la puerta de la heladera.

Tal vez haga falta una camperita para el post-partido, por eso se la ve repiquetear desde hace unos días en su percha como hago yo mientras espero el subte o adentro del ascensor ante la espectativa de volver a las canchas.

Luego de casi 3 meses, hoy vuelvo al tenis.
Espero no haberme olvidado de todo.

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lunes, 3 de mayo de 2010

Victor English Method

El día sábado, mi madre estaba invitada a un "Mondongo Party".

Sabiendo de sus huecos idiomáticos, le preguntamos qué era exactamente eso y lo contestó de la manera más sorprendente: "No sé... Un mondongo com-party-do debe ser..."

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