lunes, 17 de mayo de 2010

El mundo de los cubiertos descartables

¿Qué hacer cuando se rompe un cubierto descartable?

Imagínese el siguiente caso 100% hipotético: Ud. comienza un trabajo y durante la primera semana, mientras mide a sus compañeros, sale a comer a los barsuchos del barrio hasta que tome el coraje necesario para comer en la oficina. Llega el lunes de la segunda semana y conforme a su plan, comienza a comer en la oficina con el sólido objetivo de ahorrarse unos buenos mangos mensuales, aunque esto implique hacerlo con cubiertos de plástico. Ese día, el primer día de la ingesta de escritorio, el tenedor es justo ese único tenedor de cada lote de mil que es un poco defectuoso y se parte al medio durante el almuerzo. ¿Qué se debe hacer?


1) Primero, lo primero: no se desespere. Llorar desconsolodamente o pegarle topetazos al monitor o gritar "LA CONCHA DE LA LORA, TENEDOR DEL ORTO" no es recomendable. Recuerde que hace poco ingresó y es necesario mantener escondido su verdadero yo.

2) Relojee alrededor cuánta gente lo está mirando. Si son muchos, se verá obligado a dejar de comer en ese instante aunque aún quede en esa bandeja de plástico, el 90% de lo comprado. A la basura, directamente. Se hace el canchero, se lava las manos y se toma un cafecito como si acá no hubiera pasado nada.

3) Si nadie lo mira Ud. puede seguir, pero es necesario que nadie note lo que pasó. Para tal fin, agarre lo que quedó del tenedor con los dedos y haga salir por la parte de atrás de la mano, el pedazo de mango que logre rescatar. Quien lo observe creerá que dentro de su mano se existiende el plástico utensillo, solo Ud. sabe que las puntas existen pero el centro es una nebolusa.

4) Termine de comer, tire todo como si acá no hubiera pasado nada y vaya rápido a lavarse las manos: no se olvide que hace 15 minutos que está comiendo prácticamente con las manos.

5) Si producto de la situación y de la presión excesiva sobre el cuchillo, este último se parte, sugiero que se vaya al microondas y caliente a temperatura máxima la comida durante 45 minutos. Obtendrá como único resultado una sopa de milanesa con papas fritas, probablemente cancerígena. Viértala con cuidado en un vaso y disfrute su comida, ahora en formato bebestible.

8 comentarios:

eMe dijo...

Eso le pasa por ser nuevo y poco previsor

KLLR dijo...

A mi me pasó que se le salió un diente al tenedor de plástico pero no lo encontraba porque me lo habia tragado con la comida, despues se terminó de romper, entonces sali a un patiecido y me terminé de comer el pastel de papa con el cuchillo y la mano, no se si alguien me vio, tenía mucha hambre y no me importó, al volver me lave las manos y chau.
Ya que veo que sos de lo que escriben bien te hago una corrección: es utensilio, no utensillo.

KLLR dijo...

patiecido => patiecito

Madame Lulu dijo...

las delicias de la novatez

Roger Borratint dijo...

¿Llevar las sobras de ayer y unos cubiertos normales de tu casa te haría ver como una rata?

Donde yo laburo hay un lugar donde el morfi es gratarola, así que no tengo estos asuntos por suerte!!

O sea, no tengo ninguna anécdota personal para intentar superar la suya!! =P

LeO dijo...

eMe, me pasa por ser un boludo. Solo que por ser nuevo, no puedo calentarme a los gritos.

KLLR, lo suyo ya es canivalismo casi.

Lulu, aún no logro disfrutarlas como para llamarlas "delicias", pero en eso estamos.

Rogelio, a medida que Ud. cuenta detalles sobre su trabajo, sigo sin entender porqué lo deja. Agradezco su sincericidio: el 90% de los comentarios radican en buscar historias que superen a las del post.

Roger Borratint dijo...

Claro, algunos le dicen "enriquecer el relato", otros le llaman "Competir" y otros le dicen "necesidad compulsiva de llamar la atención".

En el fondo depende de cómo le caiga la persona que hace el comentario. A veces no somos tan objetivos.

Sobre mi trabajo: renuncio porque no me gusta trabajar en relación de dependencia. El laburo tiene mil ventajas (que yo llamo tentaciones del diablo jajaja), pero la verdad que no es lo que quiero. Como diría un gordo luego de comerse una manzana: no me llena.

LeO dijo...

Rogelio, morí con lo que en lo sucesivo llamaré "La parábola del gordo y la manzana".

Gracias, una vez más, por la magia.