viernes, 16 de mayo de 2008

Ser feliz con tan poco...

Trabajo en una oficina horrenda.
Es menos horrenda que la oficina donde trabaja antes, pero eso no quita que ésta lo sea.
Es horrenda por varios motivos:
- Tiene ventanas, pero dan a un edificio que se cae a pedazos.
- Difícilmente podamos congeniar la temperatura ideal para pasar todo el día entre todos los "habitantes" de este nuestro segundo hogar.
- Los cables de la máquina de agua fría pasan justo por arriba de unos cuantos enchufes y todavía no sé cómo nunca voló todo a la mierda.

- El ascensor es muy lento y a veces cuando llega a planta baja, no se abre la puerta... entonces? Hay que irse al primer piso y bajar por la escalera. Nótese que en total son 2 pisos.
- Hay un subsuelo, al que el ascensor llega pero no hay botón en el ascensor para ir al -1. La única manera de que el ascensor llegue ahí es que alguien lo llame. Increíble.
- En la puerta del baño cada tanto se traba el "bracito" que está arriba para que cierre sola y más de una vez uno casi se saca la cabeza con la cabeza que se trabó contra la pared.
- De la máquina de café se vió salir una cucharacha, nadando en un cortado dulce.
- Cada tanto los teléfonos mueren. Casi siempre es junto con toda la red y mientras uno tiene abierto un documento de esos importantes.
- Se corta la luz todos los fines de semana.


Si le pongo garra, puedo hacer de esto una lista interminable, pero acabo de descubrir una ventaja que tiene esta oficina con respecto a la anterior: tiene agua caliente en el baño. Como es un edificio viejísimo, no tiene esos sistemas modernos de apretar y que corte solo. Tiene 2 canillitas, a la vieja usanza: una es fría y otro caliente. Siempre supuse que de las 2 salía agua fría pero grande fue mi sorpresa cuando descubrí que de la de la izquierda, el agua sale caliente. Caliente en serio, onda para pegarse una ducha.
Es IM-PRESIONANTE.


El único detalle es que yo no me puedo lavar las manos con agua caliente porque me da como alergia y se me brotan... pero eso es otra historia.

2 comentarios:

Rondita dijo...

Escuche cosas raras en mi vida, pero alergia al agua caliente es la primera vez, jamás me la hubiese imaginado, es más, de ahora en adelante cada vez que mi mujer me mande a bañar saltará la frase "No puedo, me contagié de Leito, tengo alergia al agua caliente".
Un abrazo

Anónimo dijo...

No sé si ya se inauguró la temporada de chivos en blogs ajenos pero casualmente de "duchas" hablan las primeras entradas de marcosdelavida.blogspot.com

Me siento un sucio spamero pero me reconforto en que suelo opinar en este blog.