martes, 6 de enero de 2009

Mala leche




Frente al hecho irrefutable de la existencia de la fecha de vencimiento, hay 2 tipos de personas:

a) Las que se creen inmortales y nos les importa comer un yogur bebible que venció hace 4 años, aunque adentro ya se noten grumos y movimientos extraños;

b) Las que como yo, desconfían y por las dudas le escapan incluso a un paquete de arroz que tenga fecha dentro de un par de días. No sea cosa que alguno calculó mal, no?


Desde mi punto de vista, el día de su fecha de vencimiento un producto pasa a ser automáticamente una dósis de veneno letal en botellita de plástico.
Que últimamente la hayan cambiando el nombre a "Consumir preferentemente antes de", tampoco cambia las cosas, eh.
Lo lamento, prefiero morirme de hambre que morirme envenenado.

Sí, prefiero no morirme, pero no siempre es una opción...

1 comentario:

Rondita dijo...

Yo soy de las personas que rechasa el producto si el mismo perdió forma, textura o color, o en su defecto empezaron a aparecerle cosas verdes por las paredes que se comen el mismo producto y hasta parte del plástico. Si no existe ninguna de estas cualidades, simplemente lo huelo, el olfato es el mejor sentido para decidir si un producto está rancio, podrido o adulterado.
Un abrazo