miércoles, 19 de diciembre de 2007

Al filo del peligro

El sol ardía como arde el sol en Diciembre en Buenos Aires.
El asfalto quemaba como si fuera a abrirse y el mismísimo infierno aparecería en la póxima curva. La autopista no dejaba lugar a los dudosos ni a los tímidos. Los autos pasaban a toda velocidad mientras el viento de costado amenazaba con hacernos volcar.

En eso, escucho un "pla, pla, pla, pla, pla, pla, pla, pla" seguido de un profundo "la puta que la parió, parece que pinchamos una goma"

Sí, pinchamos una goma nomás.
Para los que conocen Buenos Aires, en la mismísima subida al acceso Norte viniendo por la General Paz desde el Río de La Plata hacia el Riachuelo, se forma un pequeño triángulo entre la opción de agarrar por colectora (2 hs de viaje, 0 pesos) ó ir por el medio de la Panamericana (30 min de viaje, 2 pesos).
Ahí mismo, decidimos parar para ver qué hacíamos con la llanta completamente tocando el piso. El ACA se negó a auxiliarnos, porque parece que escapa a su jurisdicción (ese puto triangulito escapa a su jurisdicción... increíble) y depender de la grúa de la autopista no era muy auspicioso.

Entonces? Nos quedamos a vivir ahí? Prendemos fuego el auto y nos tomamos un colectivo para bajar de la Gral. Paz?


No, Sres. Hice lo que todo macho que se precie de tal debe hacer al menos una vez en su vida (al menos, en mi caso, para tener algo con que llenar el blog): ME DISPUSE A CAMBIAR LA GOMA.

Las balizas colocados donde tiene que ser colocadas, la de auxilio enroscada abajo de la alfombra del baúl y un criquet bastante chiquito pero del tamaño justo que necesitaba el autito. Un talle "S".
Todo estaba en condiciones, como cuando está por comenzar un programa de cocina en la televisión: está la cebolla cortadita, la sartén caliente y los repasadores limpios y doblados; solo falta alguien que se le anime.
En este caso, fui yo.

La teoría del cambio de cubiertas, la tenía clarísima:

  1. Criquet donde se pueda apoyar bien
  2. Arriba hasta que la rueda no toque el piso
  3. Aflojar los tornillos para poder sacar la rueda
  4. Sacar la rueda
  5. Poner la rueda de auxilio
  6. Ajustar los tornillos-tuercas pero no primero uno sino más bien "parejitos"
  7. Bajar el auto despacito
  8. Guardar todo y seguir viaje

Parece sencillo. Bueno, después de todo esta es solamente la teoría y si hablamos de teorías, la teoría de la relatividad es tan simple como E=mc2 pero ni mierda idea de lo que significa...


Las cosas se pusieron un poco ásperas cuando no tenía bien claro hacia donde había que desatornillar las tuercas-tornillos. Primero le di con toda mi fuerza para un lado (no sabría precisar si fue el sentido de las agujas del reloj o el otro... pero seguro fue uno de los 2) y nada. Entonces, obviamente era para el otro lado. Bueno, tampoco.

Entonces? Las ganas de llamar de nuevo al ACA, pero esta vez llorando, no faltaron. Sin embargo lo pensamos bien, razonamos para donde tenia que hacer mientras "abríamos" y "cerrábamos" una canilla en el aire para verificar y a darle con toda la fuerza. Pensé que me moría en ese instante. Pero no, empezaron a aflojar y los pude sacar todos. Cambiar la goma no fue tan jodido después de todo.

La verdad es que la rueda de auxilio no se veía muy entera, pero cuando bajamos el auto al menos la llanta no tocaba el piso. Guardamos todos los adminículos y de nuevo a la ruta.

Las complicaciones no cesaron, porque por hechos fortuitos del destino, ese auto mágico no tiene espejo del lado izquierdo, con lo cual reincoporarse al tráfico de nuevo fue un poco jodido, pero lo logramos.
Bajamos de la autopista en la primera opción que tuvimos, buscamos una gomería ("Vulca", para los amigos chilenos que nos siguen) y fuera de los comentarios del estilo "no, goma para esto tenés que conseguir en una bicicletería, pibe..." los muchachos fueron bastante amables con nosotros.

Fuera de los comentarios y de que nos cobraron $ 25 la cámara nueva, fueron bastante amables.


Nótese que el auto es uno así:



Así, pero color lila.

2 comentarios:

Luis dijo...

jaja, casi todo perfecto, falló una cosa y que quede claro para el lector, los tornillos-pernos-ocomosellamenenargentinaesascosas, se aflojan con la rueda pisando el suelo, así no tienes que contrarrestrar la puta reacción, esa que un amigo mío llamado isaac llamaba tercera ley cuando estaba borracho. Decía que a toda fuerza le conlleva una de la misma intensidad pero de sentido contrario.

Luego, y para que no quede duda, los pernos de las ruedas funcionan como los campos magnéticos......si pones la mano como para un saludo de caballeros (la mano derecha), y juntas los dedos con la palma dejando el dedo pulgar levantado, él te indicará hacia dónde (o adónde) querrá ir el perno, hacia tí, es decir cerca de ti, osea lejos del auto, es decir que el perno querrá salir.

Bueno, otro día contaré la historia del agua caliente de mi departamento.

Anónimo dijo...

Eso te pasa por dejar de usar el dosh....