lunes, 10 de diciembre de 2007

Su pregunta SÍ molesta

Siempre crei que estaría bueno trabajar alguna vez en la vida, absolutamente de todo. Esto incluye oficios como heladero que prepara cucuruchos, kiosquero, secretaria de odontólogo, guardia parque y diputado nacional, entre muchísimos otros.

Esto era así y la lista iba in crescendo hasta que se cruzó en mi vida el único trabajo en el mundo que jamás podría hacer: ser rompepelotastelefónico.

Existe una nueva "especie" que se encarga de elegir a una persona al azar, calzarse un teléfono en una mano y un montón de preguntas en la otra y hacer que todo llegue a buen puerto.

La cosa es más o menos así: Ud. está en su casa, pancho, pueder ser un sábado a la tarde o un martes a la mañana. A Ud. le puede importar pero a ellos no.
Entonces, suena el teléfono. Quién será? Un familiar? Un amigo para proponer algún plan? Alguien para avisarme que me gané un 0 Km? Algún llamado equivocado?

No, nada de eso. Es un monstruo preguntón que puede ser:

- Un telemarketer para ofrecernos una tarjeta de crédito, un plazo fijo y/o un crédito personal. Consejo: no crean que aceptar la oferta los va a hacer dejar de llamar. En mi caso particular ya tengo 3 tarjetas de crédito y cada día me llaman más.

- Un encuestador telefónico contratado por un canal de televisión, o por un candidato político para saber cuáles son nuestras tendencias en una u otra materia. Una buena medida es cambiar de parecer pregunta a pregunta, o traten de adivinar quién paga su sueldo y opinen completamente en contra.


- El peor de todos los tipos de preguntón rompepelotastelefonico: empleado de una AFJP !!!. Estos juegan con una ventaja, que es que nadie entiende lo que mierda ofrecen entonces te convencen en un segundo. Cómo no cambiarse de una AFJP a otra si tiene más "comisión" o menos "rentabilidad" que la otra. Qué mierda son estas cosas???? Cuál hace que me quede más plata a fin de mes??? Ninguna? Cómo que ninguna? Entonces para que me llaman????


Si Uds. tienen la suerte de tener telefóno con contestador, alguno de estos especímenes les llenarán la casilla para que la abuela, la tía o los llamados importantes no tengan cabida en el pequeño casetito.

Si tienen la enorme suerte de tener un hermano que atienda el teléfono sin el menor sentido común, le pasará su celular a cualquiera de estos monstruos para que ya sean realmente imposibles de evitar.

No se preocupen, se puede cambiar el número de celular de fácil manera... De última, esperen que lo llame algún vendedor de teléfonos y le compran un par.

2 comentarios:

Rondita dijo...

Algunos consejos para evitar a esta especie de molestos:
- Trabajar en el centro porteño viviendo en La Plata a unos 50 km de distancia. El salir a las 6:45 y volver a las 20 hs no da mucho margen para que estos molestos puedan ubicarlo a uno.
- No tener absolutamente nada a su nombre. Todo servicio, impuesto o datos para un sorteo se pone con el nombre de su pareja, en ese caso la molestan a ella y no a uno ofreciéndole cosas, y las cosas no dejan de ser de uno ya que se corre con el beneficio de los bienes compartidos.
- No realizar compras con tarjetas de ningún tipo, crédito, debito, discoplus, tarjeta jumbo, etc. Todos estos demonios de plásticos solo proporcionan datos para que lo molesten a uno.
- Ser la persona con menos onda del mundo al teléfono, pronunciando solo monosílabos en tono desafiante y molesto y negando la mayor cantidad de veces posibles.
Les aseguro que sigo al pie de la letra todos estos consejos y jamás soy molestado por ningún vendedor telefónico, pariente, suegra o amigo que llama para pedir dinero.
Un abrazo Leito

Anónimo dijo...

Más consejos para evitarlos:

- Pedirle el número de celular/teléfono personal a la persona que nos llama para poder charlar más relajados sobre la propuesta fuera de su horario laboral e indignarse ante su negación. Creí que era astuto pero acabo de recordar que lo aprendí de Seinfeld y no es mi mérito.
- "Disculpame pero soy menor de edad"
- "Callate putita" ante todo lo que diga la dama.
- "Callate putita" ante todo lo que diga el caballero.
- Simular síndrome de down.