Venía durmiendo plácidamente en el subte cuando una jovencita optó por desmayarse justo delante mío. Mirá que es grande el subte, eh..
Lo concreto es que la mina se desmoronó y por algún motivo que aún no logro explicar, algo se activó en mí y me desperté cargado de adrenalina. Mientras levantaba a la mina y la sentaba en mi asiento, le grité a uno que estaba en la puerta que detenga el subte, mi novia consiguió un caramelo, alguien me sugirió que abra la ventana y contrario a lo que hubiera esperado, la abrí sin chistar y no me di vuelta a putearlo por darme órdenes.
Se acercó el maquinista, preguntó si estaba todo bien y seguimos hasta Catedral sin inconvenientes, con el viento dándole en la cara y la chica llamando al padre para que la pasara a buscar por la estación. (Paréntesis: el llamado al padre empezó con "Hola pá, no te asustes pero me desmayé. Sí, pá, soy yo.")
Cuando salimos, le volví a preguntar si estaba bien y ella asintió.
Por momentos me sentí incómodo, porque no sabía hasta donde tenía que acompañarla, hasta donde podía ir preso por acosador y hasta donde me sentiría culpable si se volvía a desmayar y no había nadie para sostenerla.
Sí, me fui y la dejé sola en una esquina, no le dije ni buenos días, pero me quedé pensando en esto...
martes, 3 de agosto de 2010
Super héroe subterráneo
Etiquetas: el mal entendido progreso, reflexiones, transporte y 1/2
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7 comentarios:
No se porque, pero al leer este post me imagino que la chica estaba más buena que comerse un cuarto de chocolate de pérsico.
estoy en lo cierto don?
Lo mejor en estos casos es desaparecer misteriosamente, dejando un halo de misterio que lo circunde todo.
La otra opción era esperar al padre y en función de la marca y modelo del auto que condujera, exigir una recompensa por los servicios prestados.
Anónimo, Ud. no me lo va a creer que estaba concentrado en el ser humano y descuidé el detalle que Ud. menciona.
No, mentira, estaba bien pero no era un 10. Si quería le sacaba algo a cambio, pero estaba un poco débil. Ella, claro.
Rogelio, debería haberle pegado un llamado. Ud. siempre sabe como resolver estos temitas.
Lo peor de todo es que la abandonó a su suerte por una botellita de Coca.
Roger le cantó la justa, para variar.
Ella debe estar pensando quien habrá sido el héroe anónimo que le salvó la vida.
Ella está más en deuda que vos. Eso es lo que necesita Bs As, más héroes anónimos.
Héroes anónimos... esas dos palabras me recuerdan a un ladri que se llamaba Daniel Poli.
Cantaba canciones de esperanza y de Dios... y cobraba por eso, lógico.
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