miércoles, 26 de septiembre de 2007

Una especie en extinción

Desde el desembarco de la fotografía digital en nuestra rutina diaria, ya nada fue igual. Cambiamos rollos por memorias digitales, fundas por megapixels y cámaras descartables por pilas recargables.
Todos disfrutamos las maravillas de mirar la fotos calentitas, a las pocas horas de haberlas tomado, mandarlas por mail o ponerlas en "blogs", "photologs" y todo lo que termina con logs (como "Kellogs")

Pero nos olvidamos de una víctima silenciosa que esta evolución se cobró: las fotos de cumpleaños.

Claro, todos llevamos la cámara a las vacaciones y después elegimos algunas y las imprimimos pero quién imprime las fotos de cumpleaños?


Qué pasa? Ya no nos gustan más las fotos con gente soplando velitas en álbumes finitos y blanditos, de los que tan difíciles son de meter en los compartimentos transparentes.

Desde aquí, un llamado a la solidaridad: si alguien tiene una foto EN PAPEL, con alguien soplando números con velitas arriba, me avisa y me la manda. (De última le saca una foto digital y me la manda por mail... qué le vamos a hacer?)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy cierto y hay algo peor que me pasó el último cumpleaños: que un amigo te preste la cámara para tu cumple y no solo que nunca las vas a tener impresas si no que tampoco guardadas en tu compu!!
También te puede pasar que hay mas de una cámara, asi que tampoco cuentes con ese recuerdo, el te las paso en la semana, no existe!
Como siempre, esta es mi humilde opinión.
Jesi