Uno no es boludo y sabe que está entrando a un baño público o semi-público con las consecuencias que eso implica.
Pero una cosa es saberlo y otra MUY PERO MUY distinta es sentir la tabla calentita.
Es como ver en carne y hueso al ex-novio de una actual pareja... da cosita pensar lo que pasó ahí, che.
viernes, 14 de agosto de 2009
En carne propia
Etiquetas: experiencias, reflexiones
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2 comentarios:
pero usted va probando tablas por ahí? no le enseñó su mamá a hacer sentadillas?
La comparación del final es sublime.
Lo peor es la siguiente situación: llegar al baño (de la oficina) casi corriendo y que estén ocupados todos los cubículos. Pero justo se desocupa uno.
O sea... no sólo sabés que la tabla va a estar calentita, sino que sabés quién es el que la calentó.
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