viernes, 17 de julio de 2009

El debate de lo público vs. lo privado

Que si Aerolineas tiene que ser privado, que si está bien que AySA sea público.
Lo único que les pido, es que no hagan un híbrido semi-público.

Las cosas semipúblicas (que no sé porqué no se llaman semi-privadas), lejos de conjugar lo mejor de ambos mundos, son todo lo contrario.


Yo ubico al baño de la oficina, dentro de esta nefasta semi-categoría.
Uno esperaría que sea un poco privado, porque solo lo usa la gente que uno más o menos conoce y eso debería alejarlos de escribir las paredes con marcador, irse sin tirar la cadena u otras atrocidades que parece que el espíritu corporativo no logra ahuyentar.

Al ser un poco público, a alguno le debería dar un poco de pudor quedarse en un cubículo 40 minutos leyendo el diario o jugando al tetris del celular como si estuviera en su casa un domingo a la tarde post-asado.

Bueno, cualquier especulación al respecto resulta falsa e infundada.
El baño está más asqueroso que el del Shopping Abasto, cualquiera que pase por la puerta con un sobre para algún habitante del edificio parece que puede usar el baño como si fuera más fácil que el de una estación de servicio (ni siquiera hay que pedir la llave) y a veces hay que golpear la puerta cada media hora para ver si el que está sentado en el trono no se murió.


Y yo que pensé que los teléfonos semi-públicos ya eran una maldición...

2 comentarios:

Lulutrix dijo...

gol´peé esa puerta furia y que salgan todos los que van a hacer tiempo al retrete

Pablo dijo...

En los casos en los que el tipo no sale nunca hay que ir y golpear fuerte y de golpe, como para que el tipo adentro se asuste/despierte.
No se si saldrá rápido, pero por lo menos es un buen aviso...